Cuando leemos la biblia, encontramos milagros espectaculares, como la historia del paralítico de Betesda (Juan 5:2-9) o el ciego de nacimiento (Juan 9: 1-9) quienes fueron sanados por el señor Jesús en forma inmediata, como respuesta a la fe de estas personas.
En parte a causa de estos relatos, como creyentes nos hemos acostumbrado a pedirle a Dios que también solucione “inmediatamente” nuestros problemas de salud, nuestros conflictos relacionales, nuestros problemas emocionales y por supuesto nuestros problemas financieros, entre otros aspectos de nuestra vida.
Creemos que con tan sólo orar, ir a la iglesia y levantar nuestras manos, Dios va a resolver todos nuestros problemas y arreglar nuestras metidas de pata. A veces Dios en su misericordia lo hace, pero no siempre es así.
He escuchado muchas veces oraciones de gente pidiéndole a Dios que pague sus deudas, que multiplique sus finanzas, que les de mejores oportunidades laborales, que el dinero les alcance, que Dios les entregue las riquezas, hasta que les cambié el jefe (jajaja), pero al final sus vidas siguen igual… ¿podríamos pensar que Dios es injusto con ellos o que simplemente lo que la biblia enseña no es cierto?
Personalmente creo que ni lo uno ni lo otro. Así como encontramos milagros en los cuales alguien con fe y una gran necesidad recibieron de Dios lo que pedían en tan solo un instante, También encuentro historias maravillosas en las cuales Dios no sólo pidió fe sino también acción.
Ejemplo de ello es una de mis historias favoritas de la biblia (Quizás la “más favorita”). Está en Lucas 17:11-14 que habla del encuentro de diez leprosos con el señor Jesús:
“Mientras Jesús seguía camino a Jerusalén, llegó a la frontera entre Galilea y Samaria. Al entrar en una aldea, diez leprosos se quedaron a la distancia, gritando: ¡Jesús maestro, ten compasión de nosotros! Jesús los miró y dijo: Vayan y preséntense a los sacerdotes. Y mientras ellos iban, quedaron limpios de la lepra” – Lucas 17:11-14 NTV–
Esta es una historia corta que se relata en tan sólo cuatro versículos, pero que nos deja joyas de sabiduría que pueden transformar radicalmente nuestra vida. Analicemos esta historia por partes:
“Mientras Jesús seguía camino a Jerusalén, llegó a la frontera entre Galilea y Samaria. Al entrar en una aldea, diez leprosos se quedaron a la distancia, gritando: ¡Jesús maestro, ten compasión de nosotros!” – Lucas 17:11-13 –
En ese entonces, Jesús ya era un hombre famoso por su mensaje lleno de autoridad y por los milagros que ya había hecho. Al enterarse los leprosos del arribo de Jesús a dicha región, decidieron creer y se arriesgaron a buscarlo (pues los leprosos tenían terminantemente prohibido vivir en comunidad y debían estar lejos de los demás) pidiéndole por su sanidad física, gritándole “Jesús maestro, ten compasión de nosotros”
“Jesús los miró y dijo: Vayan y preséntense a los sacerdotes” – Lucas 17:14 –
Aunque la biblia no lo dice, yo imagino que estas palabras del señor desconcertaron al grupo de leprosos, pues el deseo de ellos era obtener su sanidad, como ya la habían obtenido de manera inmediata otros enfermos que habían recurrido a Jesús.
Pero inesperadamente, el señor les contesta: “Vayan y preséntense a los sacerdotes” en lugar de “sean sanos de su enfermedad” o algo por el estilo. ¿Qué habrías pensado tú en una situación como esta? ¿Te hubieras ofendido? ¿Habrías perdido tu fe?
La instrucción del señor tenía sentido. En ese entonces los sacerdotes eran quienes certificaban la sanidad de un enfermo y en el caso de la lepra, ellos daban su aval para quién la hubiese padecido y se hubiese sanado, fuera reintegrado a la sociedad. Lo que el señor les estaba diciendo “entre líneas” es que aunque seguían enfermos, caminaran en fe, yendo físicamente donde los sacerdotes, pues si lo hacían, ¡algo maravilloso estaba por suceder!
“…Y mientras ellos iban, quedaron limpios de la lepra” – Lucas 17:14 –
Personalmente creo que después que el señor los dejó con la instrucción de ir donde los sacerdotes, (pues como recordarás iba camino a Jerusalén) hubo un conflicto entre ellos, pues quizás habían unos que creían, otros estaban furiosos, otros simplemente estaban decepcionados pues las llagas seguían en su cuerpo y nada aparentemente había ocurrido. Quizás les tomó minutos, tal vez horas ponerse de acuerdo y atender a la instrucción que Jesús les había dejado. Finalmente la biblia dice “Y mientras ellos iban, quedaron limpios de la lepra”
Esto suena más sencillo de lo que realmente era seguir una instrucción como esa. Recuerda que los leprosos tenían prohibido vivir en comunidad, en especial si seguían enfermos, sin contar con la discriminación social que debían sufrir por padecer dicha enfermedad.
Imagino que empezaron a caminar hacia donde los sacerdotes, es decir con dirección al templo y como sabemos, el templo se ubicaba en el centro de las poblaciones o ciudades y quizás debieron ir hasta Samaria o Galilea, las ciudades más cercanas y además densamente pobladas. Puedo imaginar el rechazo y las amenazas de la gente, puedo imaginar lo estúpidos que se sentían de caminar al templo viendo sus llagas no desaparecer… pero algo maravilloso estaba por suceder y quizás justo en medio de la presión de la gente, el rechazo, incluso la dificultad de mantener su propia fe, antes de tocar a la puerta de los sacerdotes, fueron sanos…. ¡Como premio a caminar en fe siguiendo la instrucción del señor!
Creo que Dios sigue haciendo los mismos milagros hoy en día, en nuestro cuerpo, en nuestras relaciones, ¡en nuestras finanzas! ¡Así como Dios tiene misericordia de nosotros y hace milagros instantáneos y espectaculares, Dios hace milagros tan o más espectaculares cuando caminamos en fe siguiendo sus instrucciones!
¡No sirve de nada pedirle al señor que pague tus deudas, si sigues con tarjetas de crédito en tu cartera o tienes malos hábitos financieros; No podrás aumentar tus ingresos si le entregas tu vida a la TV y no te capacitas para obtener un mejor empleo o construir un negocio propio; No podrás recibir las riquezas que él tiene para ti si ni siquiera llevas un presupuesto ni administras sabiamente los recursos que ya te ha entregado!
El énfasis de la biblia está en el creer pero también en el hacer. Si quieres cambiar tu vida financiera debes poner en práctica los principios que te enseñan la palabra y él hará lo sobrenatural. ¡Dios nos demanda acción, no solo tener fe!
Camina en fe en tus finanzas. ¿Y que es caminar en fe? Es llevar a la práctica los principios bíblicos correctos así no veas un resultado inmediato, como adquirir educación financiera, trabajar en tus hábitos, renunciar a las deudas, tener orden en tus finanzas (llevar un presupuesto), trabajar diligentemente, ahorrar, sembrar para recoger, emprender, invertir, planear tu futuro y dar con generosidad! ¡No será fácil, pero vaya que vale la pena!
En este blog pretendo que combinando tu fe con estos principios bíblicos, tu vida financiera y la de tu familia cambien para siempre. Si caminas en fe, Dios hará lo sobrenatural. Lo ha hecho conmigo, lo hará contigo también. ¿Lo crees?
“No se contenten solo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica. El que escucha la palabra, pero no la pone en práctica es como el que se mira el rostro en un espejo y, después de mirarse, se va y se olvida en seguida de cómo es. Pero quien se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad, y persevera en ella, no olvidando lo que ha oído, sino haciéndolo, recibirá bendición al practicarla.” Santiago 1:22-25 NVI
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